Las tarjetas inteligentes son productos convencionales, con las dimensiones y la apariencia de siempre, pero que integran una serie de características únicas que facilita mayores capacidades que cualquier otra alternativa.
Especialmente, una de las prestaciones más diferenciales de las tarjetas inteligentes respecto a otras están relacionadas con la seguridad, de dos o tres niveles.
Además, la gran mayoría de ellas contienen un chip integrado con una memoria volátil.
Generalmente, están elaboradas a base de cloruro de polivinilo, lo que se conoce de manera más común como PVC, aunque los ejemplares más avanzados se valen de un policarbonato más resistente frente al uso prolongado sin llegar a degradarse.
Los procesos de fabricación son los que rigen en gran medida la durabilidad de la tarjeta, además de otros temas importantes, como la facilidad de reproducción o alteración por parte de personas o entidades que no estén autorizadas.
Para acceder a la información contenida en estas tarjetas, se necesita disponer de un dispositivo lector válido para el chip en cuestión. Estos equipos pueden ser o no de contacto, siendo los primeros los más extendidos y populares teniendo en cuenta la rapidez de acceso a su información, además de que desgasta menos su material; en cambio, esto también implica una seguridad inferior, ya que puede darse un acceso a la información sensible sin conocimiento ni participación de su propietario.
Las tarjetas inteligentes contemplan principios de seguridad tanto físicas como electrónicas: desde el punto de vista físico, nos encontramos con firmas, hologramas, fotos del titular, diseños y otros detalles gráficos que impiden en cierto modo su reproducción y/o uso fraudulento; por su parte, a nivel electrónico, la seguridad se puede ver a través de la codificación
Podemos diferenciar distintos tipos de tarjetas inteligentes, los cuales se diferencian por estándares como los requisitos del emisor, los módulos que utiliza la tarjeta, la confidencialidad de la información contenida o la vida prevista para este producto, entre otras cuestiones.
A continuación, exponemos las diferentes clasificaciones de tipos de tarjetas inteligentes que podemos encontrar en el mercado.
En cuestiones de capacidades, las tarjetas inteligentes se dividen en las siguientes opciones:
En términos de estructura del sistema operativo, nos encontramos con diferentes modalidades de tarjetas:
Las dimensiones de la tarjeta también supone un aspecto diferenciador respecto a otras colecciones, siguiendo el estándar ISO/IEC 7816:
Cuentan con unos contactos metálicos a la vista y estandarizados. Para acceder a su información, debe insertarse en la ranura de un lector para poder trabajar con ellas.
Las etiquetas RFID son las causantes de que hoy en día se hayan popularizado las tarjetas también conocidas como “contact-less”, pudiendo comunicar unos datos desde distancias de hasta 10 cm.
Se trata de la solución que permite hacer uso de la tarjeta sin contacto pero que incorpora un segundo chip que sí es de contacto.
Las tres aplicaciones más populares de las smart card son las siguientes:
En Termired, trabajamos con distintas alternativas de este tipo, siempre adaptadas a las necesidades de cada escenario concreto, por lo que puedes contactar con nosotros para disfrutar del ejemplar más indicado para ti.
Termired© 2020 – Hecho por Agencia SEO