El control de acceso por código QR está en pleno auge gracias a las propiedades asociadas a este recurso tecnológico que cada vez está más presente en numerosos ámbitos de nuestras vidas.
Pero ¿qué es exactamente el código QR? ¿por qué se ha asentado en nuestras vidas con tal rapidez, desplazando considerablemente a los convencionales códigos de barras? ¿cuáles son los beneficios principales relacionados con su uso en distintos escenarios?
El código QR responde a las siglas Quick Response (Respuesta Rápida) y necesita el vínculo con un software con la capacidad de gestionar la información registrada y almacenada para identificar cada uno de los códigos emitidos por la entidad responsable de esta actividad.
Son muchas las posibilidades que brinda el código QR, ya no sólo a modo identificativo (como es el caso de los controles de accesos) sino para proporcionar mayor información sobre cualquier cuestión relacionada.
Estos son sólo algunos de los ejemplos de la utilidad del código QR en la actualidad, gracias a las prestaciones que ofrece.
Al fin y al cabo, el código QR es un recurso muy similar al código de barras tradicional, ya que, en el caso de esta innovadora solución, se trata de un elemento bidimensional con mayores capacidades de almacenamiento de datos por este peculiar formato. El código de barras, en cambio, es unidimensional.
El código QR ha llegado para revolucionar las posibilidades de registrar e identificar distintas personas o documentos acreditativos, con una imagen formada por puntos con tonalidades que van desde el negro hasta el blanco, distribuidos de manera horizontal y vertical, motivo por el que se considera que codifica los datos en dos dimensiones.
El código de barras, por su parte, es una sucesión de barras verticales blancas y negras, disponiendo de espacios entre sí e incorporando también números, letras y símbolos para así contar con una mayor relación de recursos de este tipo.
Mientras que el código de barras tiene un formato horizontal, el código QR suele presentar una forma cuadrada, con sus cuatro lados iguales y con un reparto de puntos en su interior que diferenciará los registros de los que consta el software.
La versatilidad de estas soluciones permite que la instalación de los lectores de código QR, los cuales son los encargados de registrar e identificar personas que cuenten con un código personal y temporal.
Si bien se puede instalar también en edificios de oficinas, garajes o comunidades de vecinos, lo cierto es que se trata de un recurso más pensado para su uso temporal, restringido temporalmente a un plazo cerrado, como ocurre, por ejemplo, con espectáculos, como conciertos, festivales, obras de teatro, proyecciones de cine, etc.
En estos tipos de eventos, temporales, con una duración determinada, normalmente de no más de 48 horas cumpliendo con su función, estos mecanismos se adaptan a la perfección a estos escenarios, ya que permite un almacenamiento de datos muy amplio, como las entradas vendidas para estos espectáculos, de forma temporal.
La facilidad de instalación y movilidad permite que sean muy rápidos los procesos de montaje y desinstalación también son un factor importante para entender su éxito en este tipo de situaciones.
Son muchos los beneficios asociados al uso del código QR como medio de registro de información y posterior identificación.
Su modo de dibujar cada uno de los códigos de este tipo permite que el escaneo se realice de manera sencilla y rápida, por lo que pasando el producto que lo incorpora por delante del detector, sin grandes esfuerzos, puedes acceder a la información deseada y a la acción que pretendes conseguir (como la apertura de la puerta o la activación de los tornos).
La eficacia de los equipos vinculados para el escaneo del código a la hora de reconocer aquel que se sitúa frente a ellos es bastante alta, ganando en este terreno también al código de barras.
Así, el reconocimiento del código QR en cuestión se consigue con rapidez y eficacia, con una tasa de errores escasa, casi imperceptible, que permite agilizar los accesos a estos recintos, en los que conviene no formar largas colas para que la experiencia sea lo más satisfactoria posible.
El código QR, como ya hemos comentado, puede adaptarse a cualquier situación y necesidad, ya que es su mecanismo es altamente compatible con otros dispositivos para cumplir con su función con facilidad.
Además, los software y aplicaciones móviles que se vinculan con los detectores pueden funcionar con cualquier sistema operativo y dispositivo, como un ordenador, un smartphone o una tablet.
Este es uno de los alicientes más importantes de esta modalidad, debido a su peculiar estructura.
De hecho, se pueden codificar hasta un máximo de 7089 caracteres, superando con creces la capacidad del código de barras.
El uso de estos recursos tecnológicos propicia que puedan incorporarse los documentos relacionados con las entradas e invitaciones a un lugar específico, con grandes facilidades para alcanzar el objetivo con las máximas comodidades.
La compatibilidad del código QR con un dispositivo de este tipo, que está en el bolsillo o en casa de todos nosotros, permite que activando su cámara se pueda escanear esta secuencia y, así, se abra correctamente el documento asociado o se identifique a la persona propietaria de este dibujo.
Por ejemplo, los bares y restaurantes, debido a la pandemia de COVID-19, en busca de minimizar el contacto, han adaptado sus cartas físicas a documentos digitales a los cuales se puede acceder escaneando un código de este tipo que suele estar situado sobre la superficie de la mesa o la barra.
Al igual que ocurre con el control de acceso por tarjeta, sobre todo en aquellas que incorporan un código de barras para su detección, también se puede transportar cualquier elemento que incluya este código tan sofisticado, el cual, además de en tarjetas, puede estar presente en muchas otras superficies, como una pantalla táctil de smartphone o tablet.
Mediante un dispositivo detector de estas secuencias, se identifica el fichero al que pertenece ese código en concreto y así se da el paso, tanto hacia adentro como hacia afuera de unas determinadas instalaciones, reflejando la hora en la que se pasa ese documento para contar con un registro preciso de los horarios, esencial, por ejemplo, en el caso de los trabajadores de una empresa.
Contar con un detector de código QR supone un método sencillo y rápido de registro de los datos identificativos. en busca de mejorar la experiencia de uso de quienes apuestan por él.
Otro de los beneficios del empleo de control de acceso con código QR es su precio, el cual, a pesar de su sofisticación, no es muy elevado, por lo que su rentabilidad es evidente a largo plazo como una alternativa realmente válida.
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